Sentimientos laminados, que se acoplan para no perder su intensidad, que se aparean, y se aman...y se miran....y se muerden...hasta el hastio, hasta que el primer grito de dolor sea el reflejo de una dulce renuncia que no sabe a poco.

Respiran entrecortadamente, se huelen, se acarician se reconocen apenas sus pieles intentan rozarse -con ojos vendados- -con sudores ajenos-
Hacen de su lecho el planisferio mas perfecto que alguien alguna vez haya dibujado, a mano alzada, con trazos indelebles, solo para jamas olvidar el camino de regreso.

Fatigados se aproximan. Prometen jamas volver a encontrarse.
Se confunden. Vuelven a absorberse en un simultaneo soplo de voz. Crearon una simbiosis tan perfecta, tan indestructible...
Piensa y luego existe. Pero no piensa. Tampoco existe. Solo en el vinculo que aferra su existencia a la promesa de que nunca nada sera eterno. Por su bien. Por su integridad. Para que al volver a nacer todo exista en un punto que aun desconoce.