martes, diciembre 19, 2006

Claro que el tiempo pasa, en su inmensidad deja rastros que preservo en cajones que solo se abren ante mi. Ya sus golpes cesaron. Ahora acostumbra a acariciarme dulcemente y a susurrarme la mas hermosa de las melodias al oido mientras intento dormir.
Habia olvidado esta brisa de emociones que se acurruca entre mis brazos cada vez que la primer estrella marca un nuevo comienzo.
Queria todo esto hace tanto tiempo, esperaba cada una de estas sensaciones hace tanto tiempo que ni siquiera pude retribuirles su tan aclamado descanso al borde del cielo.
Hubo un tiempo en que no supe mas como calmar el desapego.
Ahora tu extraña belleza me cose las heridas de vestigios que ya ni siquiera respiran en mi oido.

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